En 1960  John Kennedy ganó a  Richard Nixon en el primer debate televisado. Nixon era un político mucho más experimentado que Kennedy, ¿qué elementos contribuyeron a la victoria de éste último? Un dato importante a tener en cuenta es que quienes vieron el debate por televisión le dieron la victoria a Kennedy, mientras que quienes lo escucharon por la radio dieron por ganador a Nixon, la imagen por tanto jugó un papel diferenciador.

Kennedy (o sus asesores) eligió correctamente el vestuario para crear mayor contraste con el fondo del escenario y adoptó una postura correcta, lo que le daba una imagen más potente, segura  y tranquila, frente a un Nixon tenso, convaleciente de una lesión de rodilla, que acusaba una pérdida de peso, el agotamiento de la campaña y que lucía una apariencia descuidada, con expresión taciturna. La apariencia joven y saludable de Kennedy contrastaba claramente con la de su adversario político.

En la actualidad, en la era de la comunicación, en la que  internet y las redes sociales mueven información donde los contenidos visuales tienen un gran peso, la imagen es una importante herramienta al servicio del mensaje, como ya dijo el analista norteamericano Samuel L. Popkin ” la imagen es un «atajo cognitivo» para que el ciudadano se entere de forma rápida y sencilla del mensaje político de cada candidato“.

La imagen transmite información que nuestros cerebros captan y procesan de manera inconsciente, así en el caso de los hombres, facciones marcadamente masculinas o tener una estatura considerable, pueden hacer que se perciba a quien las posee como un líder fuerte.

En la historia política reciente de nuestro país, casos como el de Adolfo Suárez o Felipe González ejemplifican cómo una imagen joven (González tenía 40 años cuando accedió a la presidencia del Gobierno) transmite cualidades de energía y fuerza que pueden jugar a favor del candidato. Actualmente, ha irrumpido con fuerza la imagen de Pedro Sánchez. a quien ya apodan “Mr.PSOE” por su atractivo físico, pero como ya he comentado, la imagen debe apoyarse en unas cualidades y valores personales para no ser simple apariencia. La imagen es una potente herramienta de comunicación que puede reforzar un mensaje, siempre y cuando esté respaldada por un contenido, unas ideas y una personalidad acordes, de lo contrario, queda en mero espejismo.

El atractivo físico del candidato socialista puede reforzar su mensaje o puede resultar un obstáculo si no consigue mostrar qué hay detrás de la buena apariencia.


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