Dicen que en la época de vacaciones es cuando más separaciones se producen por la cantidad de tiempo que las parejas pasan juntas, en el que afloran problemas que el resto del año quedan más escondidos tras la ajetreada rutina diaria. Muchos de estos problemas están relacionados con la comunicación.

Confundimos comunicar con hablar y no es lo mismo. Una persona que habla mucho puede ser muy comunicativa, o simplemente muy parlanchina y comunicar mal. Todos sabemos hablar, pero comunicar es más difícil porque exige mayor esfuerzo. Vamos a ver algunos puntos a tener en cuenta:

  • La comunicación es bidireccional, lo contrario: predicar en el desierto.

Hemos de adaptar el mensaje al oyente, tanto en el lenguaje utilizado como poniéndonos en su lugar para entender sus necesidades.

Preguntar al interlocutor si tiene tiempo para escucharnos y si le interesa, conocer sus circunstancias y necesidades,  nos ayudará a enfocar nuestro discurso y captar mejor su atención.

  • Escuchar vs. oír: empatía.

Muchas veces escuchamos la queja “es que no me escucha” ante la que una posible respuesta sería: “es que es muy difícil escucharte”.

El que habla debe facilitar la escucha a los demás, sabiendo separar lo importante de lo que no lo es, creando un ambiente propicio para la conversación, al tiempo que también debe escuchar…Y hay que escuchar con los 5 sentidos: hay que mirar, a veces tocar…para percibir a la otra persona y comprobar si nos está atendiendo y entendiendo.

  • El discurso

Es necesario que tenga estructura, síntesis y brevedad. A veces queremos decir tantas cosas que vamos saltando de un tema a otro sin orden, sin que se vea clara la intención, yéndonos por las ramas y haciendo que el otro pierda interés porque ha perdido el hilo…

Volvemos a ponernos en el lugar del otro: nuestra capacidad de atención y de retención es limitada, si hay exceso de información y en ella se mezcla lo importante con lo irrelevante, el interlocutor puede que desconecte, no nos escuche y, quizás, se quede sólo con lo anecdótico.

Solución: centra claramente el mensaje que quieres hacer llegar al otro ¿qué es lo importante?, arguméntalo con pocos datos pero relevantes, deja espacio para que el otro pregunte, opine, escúchalo y adapta tu mensaje a las necesidades que te haya expresado la otra persona.

  • Necesidad

Comunicar bien requiere un esfuerzo, pero es un esfuerzo necesario. Las personas somos seres sociales, vivimos en sociedad y de la interacción entre nosotros surgen conflictos. Una comunicación eficaz es la base para solucionarlos. Debemos ser capaces de comunicar qué queremos, escuchar qué quiere el otro y negociar para encontrar los puntos en común.

Si te interesa este tema y quieres aprender más para mejorar tu comunicación, puedes inscribirte en el curso Habla y Comunica.


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