Un estudio de la red social LinkedIn ya informaba en 2019 de que cada vez más las empresas en sus procesos de selección buscaban una combinación de “soft-skills” (habilidades blandas) y “hard skills” (habilidades duras).

  • Las “soft-skills” hacen referencia a habilidades transversales, necesarias en cualquier área de trabajo tanto para poder desenvolverse con soltura, como para poder favorecer el crecimiento individual y grupal: las relaciones interpersonales, el trabajo en equipo, los valores y actitudes de un candidato, etc. En este ámbito destacan las capacidades comunicativas (oratoria, comunicación asertiva, escucha activa) y habilidades como la capacidad de negociación, visión estratégica y de conjunto, la empatía, la creatividad (no sólo para innovar, sino para buscar soluciones diferentes a los problemas e imprevistos que se presenten), en este sentido son fundamentales también la flexibilidad y la resiliencia.
  • Las “hard skills” son aquellas aptitudes que van a depender concretamente del área donde se vaya a trabajar: un grado especifico, un nivel de inglés o titulación, años de experiencia, etc.

Evidentemente, ambos tipos de habilidades son necesarios, el cambio viene determinado por el peso que actualmente tiene cada uno de ellos: mientras en el pasado la selección de candidatos estaba basada fundamentalmente en las hard skills (tener varios años de experiencia en un sector o un extenso listado de títulos en el CV, eran claves para ser el candidato ideal para un puesto de trabajo), actualmente en las decisiones de contratación están ganando mayor peso las soft skills y se están convirtiendo en primordiales a la hora de seleccionar a los candidatos a un puesto.

¿Cómo se valoran las soft skills?

Aunque ya desde 2018, algunas empresas optaban por medir las habilidades blandas a través de la gamificación de algunas partes del proceso de selección, sustituyendo la tradicional “dinámica de grupo” por “scape rooms”, tras el paso de la pandemia son muchas más  las empresas que han empezado a valorar estas habilidades.

Además, la pandemia ha obligado a digitalizar toda la presencialidad posible, por lo que los procesos de selección han tenido que reinventarse hacia una modalidad online, convirtiendo el “scape room” en un modelo totalmente digital y las entrevistas presenciales en videollamadas. Esto, aunque agiliza el proceso, entorpece en cierta medida la valoración de las soft skills, dado que, al no estar físicamente con el candidato, el seleccionador pierde mucha información sobre él, como sus comportamientos y actitudes.

En estos casos, para facilitar al empleador un mejor conocimiento de nuestras habilidades, aconsejamos sacar el mayor provecho posible a todos los elementos que puedan ayudarnos en la comunicación: elementos verbales y también los no verbales. La distancia obliga a potenciar más unos elementos en ausencia de otros.

Consejos para una entrevista online:

-cuida tanto tu  imagen como tu entorno (habitación ordenada, sin cuadros o elementos que puedan desviar la atención)

-vestuario y comportamiento como si fuera una entrevista personal (bien sentado, sin recostarse, buena higiene postural, mirando a los ojos del interlocutor, es decir, en este caso, mirando directamente a cámara)

-buena iluminación, buena conexión a internet que evite interrupciones

-evitar también interrupciones de los convivientes (avisar a la familia de que no entren ni hagan ruidos fuertes mientras dure la entrevista)

Un curso muy útil para mejorar tu comunicación, habilidad blanda muy demandada en las empresas, es “Habla y Comunica” donde desarrollamos técnicas para una comunicación eficaz tanto presencial como online, o nuestros cursos para desarrollar las habilidades de negociación y trabajo en equipo.


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